martes, 6 de mayo de 2008

Bienvenida

Díficil es darse la bienvenida cuando al entrar a la casa no hay paredes, ni techos, mucho menos un lugar en donde sentarse a leer un buen libro (aunque para estos hábitos no hacen falta buenos lugares, cada quien se acomoda donde puede), hacer una buena comida y enterarse de lo que pasa alrededor nuestro. La cosa cambia cuando logramos ir haciendo de nuestro espacio un lugar más habitable, para lo que normalmente necesitamos de lo mínimo para vivir y conocer nuestro entorno. El esfuerzo individual y un poco de suerte (o mucha) pueden permitir lo primero. Para lo segundo hay que salir a tantear el terreno.
Este espacio es ahora un terreno "pelón" como dirían los viejos campesinos del sur de Veracruz y como imagino también lo dicen al sur del continente al referirse a una lugar terregoso, solitario y bastante pobre. Como aquellas descripciones rulfianas que espero hayan leído.
Curiosamente con este blog intento construir mi casa, mi ciudad, mi territorio y mi continente y por eso me estoy embarcando en estos asuntos de la tecnología; con la esperanza de llegar a buenos puertos y hacer más habitable lo que a veces parece inhóspito.
América Latina es la tierra de mi nacimiento y seguro será la de mi muerte y, hasta donde conozco, ha sido la de mis antepasados, pues pertenezo a ese grupo de personas que de sus orígenes conocen lo mismo que del futuro. Nacer y morir en estas tierras sera siempre una dicha. Sin embargo, me avergüenza conocerla tan poco, haberla caminado a tramos pequeños y tener amigos desperdigados por el continente sin saber nada de sus vidas y de ese terreno "pelón" que imagino -errónemente- habitan.
Desde este lugar quiero sentarme a escuchar y contar historias de nuestros países, por ejemplo la de los bolivianos en pugna, los chilenos enlavados por Esquel, los paraguayos de "estreno", cubanos "enraulados" (¿?), etcétera. Yo prometo hacer lo propio, tal vez así puedan ayudarme a poner las paredes, el techo y los muebles de este terreno tan desolado.

Que haya buen viaje.
Hiram Ángel